Desde principios de este siglo, por el año 2000, se fue gestando en Londres la semilla de lo que en 2005 estallaría finalmente como un nuevo estilo musical, que bebería del dub jamaicano, el UK garage de los 90 o el jungle, que buscaban incorporar elementos del drum and bass al sonido 2 step habitual a finales de los noventa en el sur de Londres. Había nacido el dubstep.
El dubstep está basado en ritmos sincopados, y con frecuencia incorpora notas tocadas con shuffle o en tresillo. El ritmo del dubstep no suele seguir normalmente los patrones four-to-the-floor habituales en otros estilos de música electrónica de baile como el techno o el house, sino que suele basarse en una estructura formada por golpes de bombo en el primer y tercer tiempo del compás (una característica heredada del 2 step) y loops de percusión basados en compases diferentes al 4/4.
Hacia el final de la década de 2000, el género pasó a tener un importante éxito comercial en Reino Unido, aumentando progresivamente el número de sencillos que entraban en las listas de éxitos de música popular. En esta época, los productores comenzaron a fusionar elementos del dubstep original con otras influencias, creando géneros de fusión como el más lento y experimental post-dubstep.
En estos años el dubstep se ha extendido como la pólvora, y aunque nunca llegaremos a verlo en los tops de las listas de ventas (y menos en nuestro querido país), sus discos son aclamados por público y crítica de forma unísona.